Impacto físico

Durante los primeros momentos, horas y días posteriores a una muerte, experimentamos un shock intenso, en particular si la muerte no se esperaba. El cuerpo libera de repente hormonas del estrés para ayudar a sobrellevar el shock. Esto puede tener un impacto devastador en el cuerpo físico y puede provocar graves problemas de salud, como derrame cerebral y ataque cardíaco. Es importante no estar solo en lo posible para poder buscar atención médica urgente si es necesario. También puede comenzar a experimentar llanto incontrolable, dolores y molestias, problemas digestivos, náuseas, dolores de cabeza, dolor en el pecho, un sistema inmunológico debilitado, sentimientos de ansiedad, sensación de cansancio anormal, etc. Incluso puede resultarle imposible llorar. Si bien todo esto es normal, recuerde consultar a su médico de cabecera si está preocupado al respecto.

Hay formas en las que puedes reducir el impacto físico del duelo:

· Aunque es más fácil decirlo que hacerlo, trate de dormir una cantidad razonable de horas, ya que la falta de sueño puede tener un efecto muy perjudicial en su salud física y mental. Es absolutamente normal tener pesadillas y sueños intensos en esta época, así que trate de no preocuparse si esto le sucede.

· Además, procura comer bien. Puede que esto sea lo último que quieras hacer, sobre todo en los primeros días, pero es necesario que lo hagas para mantener la fuerza necesaria para afrontar los retos que tienes por delante.

· Intenta hacer algún tipo de ejercicio suave todos los días. El acto de caminar puede ayudar a tu cerebro a empezar a procesar la conmoción y el trauma asociados con la muerte de un ser querido. También ayuda con el contacto social, una parte vital del proceso de duelo.

· Siempre que sea posible, evite consumir alcohol o medicamentos sin receta para calmar el dolor. Reducen la capacidad de pensar racionalmente y podrían causar más problemas. Si siente que necesita más ayuda, hable con su médico de cabecera.

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